"Yo tenía dos
opciones: quedarme callado o hacer un operativo militar en Venezuela. Me faltó
tiempo". Esas fueron sus palabras en un foro en la Universidad Autónoma de
Medellín en el año 2012. Esas eran (o son) sus ambiciones. Hoy su Títere, está
a punto de hacerle ese sueño realidad.
Trump se ha paseado por
todos los estamentos del estado Norteamericano
proponiendo lo mismo, con respuestas sensatas hasta de los más reaccionarios
funcionarios de su gobierno. No obstante, el director del departamento de
estado de ese país propuso una intervención en Venezuela pero con el ejército
colombiano, no el suyo, el papel de los Estados Unidos sería solo de “asesor”. Los
gringos inmediatamente se negaron porque no son idiotas, ellos no van a prender
un Vietnam-Afganistán-Siria-Irak en su patio trasero. Saben que por ahí incluso
se podría prender un conflicto de escala mundial del cual saldrían muy mal
librados.
Jamás, nunca, una
guerra se inicia por causas altruistas. Siempre existen dos razones. La primera,
intereses económicos o de poder. La segunda, la defensa de dicha agresión. Salvar
a los venezolanos de lo que en Colombia llaman el “régimen de Maduro” suena ridículo,
y son ingenuos o imbéciles los que se lo creen. Más en un país en el que su
gobierno extermina sistemáticamente indígenas, campesinos, afros, drogadictos,
defensores de derechos humanos y todo disidente o persona con una mínima de
iniciativa, no podría enarbolar tal discurso “salvador”. Apropósito, han
asesinado a medio millón de personas en lo que lleva del final de la guerra con
las FARC-EP, ¿Un gobierno así tiene la autoridad moral de salvar a otro país
bajo el discurso del altruismo?
Para nadie es un
secreto que lo que ambiciona Estados Unidos es el petróleo venezolano, Colombia
ya casi no tiene crudo y le está tocando a recurrir al nefasto Fracking para
extraer el cuncho, pero considero que ese no es el único motivo. Para mí, hay
más motivos para una confrontación armada con los hermanos venezolanos y son
dos: Las rutas del narcotráfico y la eternización en el poder de Uribe y su
organización.
La filosofa Diana Uribe
dijo alguna vez que en la guerra reina la ilegalidad. A un político que tiene
casi 300 procesos penales en su contra le convendría un estado de excepción para
borrar tales casos y burlar a la justicia. Tanto a Maduro como a él le conviene
porque se atornillarían en el poder y justificaría su existencia, y el estado
de ilegalidad les permitirían hacer todo tipo de vejámenes contra sus propios
pueblos.
Según el canal de
Youtube Visual Politik, el gobierno venezolano capturó y sacó del mercado a los
capos del narcotráfico que operaban en el país hermano para adueñarse del negocio,
capos que eran colombianos. En otras palabras se apoderó del mercado y las
rutas de la droga para sí. Entonces pregunto: ¿no será esta la razón por la que
el régimen colombiano desea invadir Venezuela? ¿Para recuperar el mercado que
perdió por Chavez-Maduro? ¿Recuerdan cuando Maduro deportó a centenares de
colombianos de la frontera? Según él, la mayoría eran contrabandistas, narcos y
paramilitares, que incluso desmantelaron casas de pique ¿Recuerdan que esto
empezó porque encontraron un descuartizado en la frontera metido en una maleta?
En el peor momento de
la dictadura argentina, los militares le declararon la guerra a Gran Bretaña casi
por las mismas razones y les salió el tiro por la culata. Esperemos que los colombianos
no lleguemos a tanto y esta narco-dictadura caiga pronto por sus propios excesos,
y por supuesto, por la presión popular que cada vez es mayor.
En resumidas cuentas,
para el uribismo, la guerra es la razón de su existencia, ya sea para matar campesinos,
pobres e inconformes dentro de nuestras sufridas fronteras, o ya sea, iniciando
una conflagración internacional. Nosotros, los colombianos que amamos la vida,
debemos unirnos y oponernos a tal despropósito, sobre todo los jóvenes porque
ellos serán los que van a derramar su sangre para mantener intactos los privilegios de sus opresores.
Warner Wallis
Cali-Colombia.
28-09-2018