Crescencio acaba de ser comprado y traído a la plantación de San Jerónimo de los Ingenios Propiedad de Don Alberto Bujalance.
Los esclavistas disfrutan de una pequeña fiesta dominical y han invitado a Juana a bailar con ellos las músicas de la metrópoli.
Don Alberto no es el único se deleita con los los movimientos de la esclavizada, alguien más también observa desde las sombras...
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