miércoles, 21 de noviembre de 2018

LUMPEN DISPOSABLES PÁG. 45

Un vagabundo sin nombre, viaja perdido por un país en una guerra civil no declarada entre el partido Moderado en el poder y los Progresistas. Ahora en Megalópolis, la capital, se encuentra enfrentando a un grupo de Neonazis que pretenden asesinar al último indigente de la zona; sorpresivamente aparecieron una cuadrilla de soldados con la misión de no dejar a nadie con vida. 


Buenas ¿Cómo me les va vea?…

Hace una semana larguita se murió una de las figuras más importantes del cómic mundial. Sí, sé que es tarde para hablar del grandioso Stan “The Man” Lee y que ya se ha hablado mucho, pero me parece relevante para mí y este espacio dedicarle unas pocas letras.

No sería exagerado ni oportunista decirles, mis queridos lectores, que hago cómics en gran medida gracias a él. No tengo idea de cuantos cuadernos llené dibujando cómics del hombre araña en mi niñez, y no es que leyera revistas del arácnido, ya que acá en Colombia no se conseguían cómics Marvel en esos años (o no cerca de donde vivía) si no por esa serie de televisión de “El Hombre Araña y sus Maravillosos Amigos” en la que él hacía la voz del narrador.

En mis años de bachillerato encontré, en un quiosco en el paradero de la calle 5ª al lado del colegió Santa Librada en donde estudiaba, que vendían “La Espada Salvaje de Conan” con los magníficos trazos de Neal Adams, Ernie Chan, John Buscema, Barry Windsor Smith y el grandioso Pablo Marcos que me hizo decidirme en esta locura de dedicarme a la narrativa dibujada. Al conocer a Pablo Marcos en persona, y preguntarle sobre cómo es hacer cómics en el Olimpo, me cuenta historias cómo que Stan Lee lo defendió de las críticas del publico cuando él le cambió la apariencia del Conan de Barry Windsor Smith a la suya, realizando a ese cholo enorme y ultra musculado que es la imagen del cimeriano que hoy tenemos. Claro el editor y guionista de esas revistas era Roy Thomas (la culpa también es tuya, oís) pero Stan era el editor jefe. 

Me identifico con Stan porque él, en una época de su vida, sentía vergüenza de decir que hacía guiones para cómics (de ahí su seudónimo de "Stan Lee", él no se llamaba así). Yo hoy siento esa misma vergüenza, con el agravante que yo sí uso mi nombre de pila (tal vez por eso, ahora que conozco personas nuevas doy mi segundo nombre y apellidos). Cuando la gente me pregunta qué hago digo que soy profesor, y según la ocasión, me invento de qué, porque me avergüenza decir que soy un artista, que ya tengo canas y aún sueño con hacer muñequitos y vivir de eso, lo que me hace sentir cómo algún tipo de retrasado mental o algo así. 

Es indudable que Stan Lee transformo la manera de hacer cómics, se inventó el método Marvel, tanto en el dibujo cómo en lo narrativo, le dio los créditos a los artistas y los hizo famosos, transformó la tradición heroica convirtiendo a los héroes en marginados (cómo Lumpen) (me encantaría escribir sobre el tema) y lo más importante, supo catalizar el momento para conectar efectivamente con su público. Un genio.  

Gracias Stan, por tanta diversión e inspiración, te extrañaremos putamente. 

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